El 27 de junio, Machu Picchu renovó su certificación como Maravilla Carbono Neutral del Mundo. Este sello internacional es otorgado por Green Initiative, la empresa líder en certificación climática para el sector de turismo, que reconoce el cumplimiento de sus metas de descarbonización y compromisos internacionales.
De esta forma, Machu Picchu se ha convertido en el primer destino turístico del Perú en reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono y en la segunda Maravilla Carbono Neutral del Mundo. Ya que desde la Fundación New7Wonders explicaron que el Río Subterráneo de Puerto Princesa, como parte de la ciudad de Puerto Princesa, ha sido Carbono Neutral desde el 2011, es decir durante más de 13 años, según lo certificado internacionalmente y reconocido incluso por el propio entonces presidente de Filipinas.
Como parte de la certificación, Green Initiative calculó la huella de carbono de Machu Picchu en 7.143,51 tCO2eq. Comparando esta huella con el año base de 2019, cuando el destino inició sus compromisos climáticos, se ha verificado una reducción significativa de 1.618,38 tCO2eq, lo que representa un 18,47% de disminución de las emisiones totales.
«Esta reducción no es solo un número: es un testimonio de nuestro compromiso con el medio ambiente y el futuro de nuestro planeta» destacaron los funcionarios de Machu Picchu.
Este logro es posible gracias a la colaboración entre el sector público y privado, a través de una alianza estratégica liderada por Inkaterra, Grupo AJE, la Municipalidad de Machu Picchu, y Tetra Pak.
La iniciativa cuenta con el apoyo de Promperu, LATAM, World Xchange, Luz del Sur, Bosques Amazónicos (BAM), Inca Rail y la Cámara Nacional de Turismo del Perú (CANATUR).
La Municipalidad de Machu Picchu ha adoptado medidas efectivas para reducir su huella de carbono y compensar las emisiones restantes, implementando prácticas sostenibles en la gestión ambiental, como una innovadora gestión de residuos sólidos y la promoción de una economía circular.
Es importante resaltar que la certificación tomó como línea de base los resultados de emisiones de carbono del 2019 y se centró en estimular acciones para la reducción, tratamiento y correcta gestión de los residuos generados, además de acciones de regeneración del paisaje en la Ciudadela Inca, así como la sensibilización de los pobladores, comercios y hoteles, con el objetivo de implementar un modelo de economía circular y mitigar la huella de carbono.
En esa línea, se implementaron cuatro procesos para reutilizar los residuos aprovechables: la instalación de una planta compactadora de plástico PET y cartón; una planta de biodiesel, para procesar los residuos de aceites de restaurantes y casinos; una planta pirolizadora de residuos orgánicos, que permite generar “biochar” o carbón natural; y dos máquinas trituradoras de vidrio para convertir las botellas en arenilla para la construcción y ornato, además de manipuladores manuales para pacas en el centro de acopio, puntos de segregación de residuos en todo el municipio, y la restauración ecológica con 6.596 árboles nativos plantados, entre otros.
“Como pionera del turismo regenerativo en el Perú, Inkaterra tiene el compromiso de conservar el patrimonio natural de Machu Picchu” indicó José Koechlin, presidente fundador de Inkaterra.
“Esta alianza es un caso de éxito sobre las metas que pueden alcanzarse cuando los sectores público y privado trabajan de la mano. Con el apoyo de la comunidad local, se ha logrado el primer destino de América Latina con una economía circular. Los peruanos gozamos el privilegio de tener este patrimonio cultural y natural de la humanidad, lo cual conlleva la gran responsabilidad de cuidarlo para las futuras generaciones” agregó.
Además de la planta pirolizadora, este modelo de economía circular permite darles una nueva vida a los residuos aprovechables, como el plástico, el cartón, los envases de Tetra Pak® y el vidrio, además del tratamiento del aceite que anteriormente no era dispuesto correctamente, generando la contaminación de los ríos.
Para el primer caso se implementó una planta compactadora que evitó 35.32 tCO2eq emisiones de carbono. Mientras que, para el segundo, se usó una planta piloto para convertir el aceite vegetal en biodiesel, evitando 5.52 tCO2eq. emisiones de carbono.
“El resultado alcanzado en Machu Picchu es producto de un importante esfuerzo de colaboración; sin embargo, resulta necesario atraer más capital financiero e intelectual, con la ayuda de actores nacionales e internacionales, que permita ampliar y escalar la experiencia acumulada. El mundo necesita referencias en acción climática en turismo, y Machu Picchu puede ser un gran laboratorio de acción climática y economía circular de interés mundial” señaló Tatiana Otaviano, gerente de relaciones institucionales de Green Initiative.
Un esfuerzo que ha sido reconocido a nivel mundial por la ONU Turismo, UNESCO, ONU Cambio Climático y la ONU Comercio Internacional, además de reconocimientos de organizaciones internacionales como Lonely Planet, que destacó la iniciativa como uno de los Top 10 Best World Tourism News in 2021.