El dragón de Komodo, originario de Indonesia, es el lagarto vivo más grande del mundo, que habita en la isla de Komodo, una de las Nuevas 7 Maravillas de la Naturaleza.
Recientemente una investigación, realizada por miembros del King’s College de Londres, reveló la presencia de capas protectoras de hierro en el pigmento naranja que se encuentra en las puntas de los dientes del animal. Esta capa de hierro en sus dientes le ayuda a matar a sus presas, según el estudio publicado este mes.
«Esta característica nunca se había registrado antes en un reptil carnívoro», señaló la investigación, publicado en la revistaNature Ecology & Evolution.
Enormes dientes aserrados
Los investigadores, además de hallar este tipo de recubrimiento en los dientes del dragón de Komodo, encontraron características similares en los de otros reptiles vivos, como los lagartos monitor, cocodrilos y caimanes.
El estudio subraya que la concentración de hierro desempeña «un papel clave en el sostén de los dientes aserrados» de los enormes lagartos, que los utilizan para matar a sus presas.
Estos se alimentan de una gran variedad de mamíferos, desde roedores hasta búfalos de agua, y matan con un doble golpe de dientes afilados y mordedura venenosa.
Los científicos creen que el recubrimiento de hierro pudo haber existido en dinosaurios carnívoros, aunque ya no se han encontrado pruebas de aquello en los dientes fosilizados de reptiles y dinosaurios.
La preservación y su importancia
Los dragones de Komodo viven en el parque nacional del mismo nombre y en la vecina isla de Flores, en Indonesia.
Sólo quedan 3.458 ejemplares adultos y crías en libertad, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Unos cuantos ejemplares también nacieron en cautiverio en España.
Miles de turistas acuden cada año a la isla de Komodo, que es una de las Nuevas 7 Maravillas de la Naturaleza, y el único lugar del mundo donde pueden verse dragones de Komodo en su hábitat natural.
Estos reptiles, que pueden alcanzar los tres metros de longitud y pesar hasta 90 kilos, están amenazados por la actividad humana y el cambio climático. Por esa razón la preservación de las islas y de este gran reptil es una prioridad en el lugar.