Así lo afirma la Dra. María Fernanda López, especialista en patrimonio cultural de la Universidad Autónoma de Yucatán.
Esta designación de Chichén Itzá como una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo, otorgada en 2007 mediante una encuesta global, transformó el lugar de un popular sitio arqueológico a un ícono internacional.
La estructura emblemática del sitio, la pirámide de Kukulcán (a menudo llamada El Castillo), aparece en innumerables listas de deseos de viajes, redes sociales y campañas de marketing turístico de todo el mundo.
“Chichén Itzá se ha convertido en sinónimo de la civilización maya en el imaginario mundial” destacó López en diálogo con Yucatan Magazine.
Sitio arqueológico más visitado de México
Días atrás, Dulce Guzmán se convirtió en la visitante número 2,1 millones de Chichén Itzá este año, y se unió así a una estadística notable que subraya una paradoja persistente en el turismo en Yucatán: a pesar de que la península alberga docenas de sitios arqueológicos espectaculares, una ciudad antigua continúa captando la mayor parte de la atención mundial.
Las cifras cuentan una historia impactante. Mientras que Chichén Itzá atrae constantemente a más de dos millones de visitantes al año, manteniéndose como el sitio arqueológico más visitado de México, otras impresionantes ciudades mayas de la región reciben una fracción de ese tráfico. Uxmal, considerada ampliamente el mejor ejemplo del estilo arquitectónico Puuc y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, atrae a unos 400.000 visitantes al año.
Ek Balam, con sus fachadas de estuco extraordinariamente conservadas y la única pirámide escalable de la región, recibe a menos de 200.000.
En tanto que Mayapán, que en su día fue la última gran capital maya, apenas atrae a 50.000, de acuerdo a los datos publicados por Yucatan Magazine.
Más alla del números de visitantes, lo cierto es que los que se aventuran más allá de Chichén Itzá a menudo descubren y disfrutan experiencias que el famoso sitio ya no puede ofrecer, por todo su entorno de conservación y cuidado.
Como dice López: «Chichén Itzá abre la puerta. Y nuestro trabajo es mostrar a los visitantes lo que hay más allá».
En sintonía, algunos estrategas de marketing de destinos, argumentan que Yucatán debería aprovechar la fama de Chichén Itzá. Al posicionar otros sitios arqueológicos como experiencias complementarias para los visitantes que ya han visitado la famosa pirámide, las autoridades turísticas pueden fomentar viajes de varios días que beneficien a un sector más amplio de la economía de la región y así salir todos beneficiados por el interés que genera Chichén Itzá como una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo.
