Respetar el planeta en el que vivimos ya no es una prerrogativa de unos pocos atentos, sino una necesidad y un imperativo para todos nosotros.

«Incluso nuestra forma de explorar y viajar se adapta a los tiempos actuales y debe evolucionar: la atención a la sostenibilidad está en la cima de las necesidades de quienes viajan para preservar los numerosos tesoros que hacen único a nuestro hermoso país» indicaron desde el Gobierno de Italia.

En este marco, uno de los atractivos sobresalientes de Italia que se encuentra en Roma y que se busca perservar, es el Coliseo Romano, una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo desde el 2007, considerado uno de los lugares turisticos más visitados del país. El Coliseo o Anfiteatro Flavio es un anfiteatro de la época del Imperio romano, construido en el siglo I.

Ya no se busca un turismo salvaje e irresponsable como antaño, sino un mayor respeto por los territorios, las culturas, los espacios naturales y las tradiciones que protegen el desarrollo de los lugares de interés y de sus poblaciones. Además de la atención por parte de los viajeros, también existen políticas actualizadas que facilitan el turismo responsable. Roma es un ejemplo en el que inspirarse.

Hay cada vez más instalaciones de acogida ecosostenibles

Desde pequeños B&B hasta los hoteles históricos más famosos, pasando por propuestas de glamping para todas las estaciones y casas rurales inmersas en la naturaleza, Roma ofrece muchas opciones para elegir, pero con una única consigna: cero residuos.

Una gestión cuidadosa de los residuos, la invitación a utilizar la ropa de baño más de una vez, una cocina que preste atención a la estacionalidad, la elección de productos de limpieza que no contaminen: son sólo algunas de las medidas que hacen que estos lugares sean ideales para una estancia verdaderamente responsable.

Moverse por Roma a pie o con vehículos ecológicos también es cada vez más sencillo. Las distancias a recorrer son muy largas y los lugares imperdibles son tan numerosos que no siempre se encuentran a poca distancia.

El transporte público, sin embargo, ofrece la mejor alternativa para disfrutar de cada atractivo sin impactar el medio ambiente. Además, abundan los carriles bici y alquilar una bicicleta (incluso eléctrica) está a solo un clic gracias a los numerosos servicios de reserva a través de aplicaciones como Uber Jump y Dott.

Los aventureros pueden optar además por el patinete gracias a servicios compartidos como Dott, Voi, Lime y Bird, o preferir la velocidad con uno de los muchos patinetes eléctricos disponibles a través de eCooltra Electric Scooter Sharing. Por último, los curiosos podrán experimentar la emoción de moverse por la ciudad en un Tuk Tuk eligiendo entre los numerosos tours organizados ad hoc.

Las alternativas que permiten evitar el coche son innumerables en la Capital, fundamentales en una ciudad caracterizada por un patrimonio arqueológico y cultural de inestimable valor: el smog, de hecho, daña gravemente monumentos, edificios y hallazgos históricos y es por eso que se está trabajando fuertemente en este cambio hacia la sostenibilidad.

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